Los usuarios y la información frente a la publicidad y propaganda que reciben

Los usuarios y la información frente a la publicidad y propaganda que reciben 

Por Flavio Lowenrosen  

En  este breve artículo editorial analizaremos sucintamente el derecho de  los usuarios a recibir información precisa que les permita ejercer sus derechos.

Los usuarios de servicios, medios de comunicación, y de la web (léase Internet) reciben permanentemente publicidad y propaganda: Publicidad destinada a vender bienes y servicios, y propaganda destinada a que adopten una idea, sigan un mensaje o para que adhieran a una ideología política o a una fe religiosa.

Tanto la publicidad como la propaganda debe ser clara, cierta, veraz, detallada, precisa, respetuosa del destinatario, y no debe propender a distorsionar la realidad, solo así se resguarda el derecho a una información cierta y veraz que porta el usuario.

Cuando una persona recibe publicidad o propaganda, es un usuario potencial de una relación de consumo privada, o de un vínculo con el Estado o puede, a partir de ella, generar una relación política o religiosa.

Por eso, la publicidad y propaganda, pública o privada, que reciba debe ser cierta, pues sólo de eso modo se garantiza que, el individuo, pueda decidir entablar la relación de consumo o vincularse a un grupo político o religioso mediando plena voluntad de su parte.

Así las cosas, es importante considerar que la propaganda o publicidad, no pueden establecer ni contener frases que apunten a desorientar al usuario o al administrado, a confundirlo, a guiarlo a una decisión inexacta, a disuadirlo de sus derechos, a liberar de responsabilidad al proveedor o al propio Estado.

Entonces, entendemos que la publicidad y la propaganda:

• Deben informar con exactitud, veracidad y sencillez sobre, según corresponda:

• Los alcances y efectos de la relación de consumo,

• Las actividades realizadas por el grupo político o religioso,

• Las actividades de gobierno.

• Deben ser conducentes para la decisión que adopte el usuario o el administrado.

• No tienen que causar confusión, mediante la inclusión de datos que tergiversen la realidad o sean contrarias al orden legal, o que tiendan a torcer la voluntad del usuario o del administrado.